El té de Rooibos procede de la corteza de un pequeño arbusto (menos de 1 metro de alto), de finas ramas parecidas al muérdago, originario del Sur de África.
El Rooibos a diferencia del café o del té, no tiene contenido de cafeína, por lo que su uso está también permitido a niños e incluso a bebés. Es una bebida que tiene efectos muy saludables en nuestro cuerpo y ha sido uno de los grandes descubrimientos de Occidente en los últimos años.
Entre los beneficios podemos citar:
- De gran ayuda en el tratamiento de las alergias.
- Trastornos digestivos e intestinales: es una planta con efectos muy beneficiosos ante la diarrea, estreñimiento, gastritis, dolores de estómago, vómitos o nauseas.
- Dientes sanos: su contenido en Calcio, Magnesio y sobre todo Flúor hacen del Rooibos una planta ideal para nuestros dientes.
- Huesos sanos: el Calcio, el Magnesio y el Flúor también nos ayudarán, por supuesto, a cuidar nuestros huesos.
- Efecto antioxidante y antirradicales libres: su aporte de nutrientes antioxidantes ayudan a combatir los radicales libres que son los principales responsables del proceso de envejecimiento, del estrés y de muchas enfermedades.
- Problemas de la piel: la mayoría de los problemas cutáneos como eczemas, picazones, costras, dermatitis del pañal, irritaciones, alergias y urticarias suelen mejorar con su toma.
- Boca y garganta: muchos problemas bucales como las molestas Aftas, dolores de garganta, gingivitis o faringitis suelen mejorar con su toma.
- Ayuda a perder peso: nos ayuda a equilibrar los niveles de Potasio y Sodio, a fin de que no hagamos retención de líquidos. Su efecto diurético es suave pero eficaz. Por otro lado, si nos ayuda a combatir el estreñimiento y las malas digestiones es lógico que nos notemos más deshinchados.
- Espasmos y cólicos infantiles: por sus propiedades antiespasmódicas, se ha demostrado su utilidad para aliviar los habituales cólicos infantiles. La variada composición en minerales supone un complemento ideal a la dieta infantil.
Para su preparación se emplea 1 cucharadita y media por cada taza de infusión que deseemos preparar, y se deja cocer entre 7 y 10 minutos a 100ºC. Si se sobrepasa este tiempo no sucede nada puesto que mantiene su sabor dulce sin agriarse en absoluto.