Habitualmente, los tes africanos suelen ser de calidades mediocres y la mayoría de su producción está dedicada a la fabricación de los tes en bolsita, sin embargo, nos encontramos con las plantaciones de Kaproret, Saramek y Chemase que están todavía dedicadas al cultivo de plantas híbridas procedentes de China, ofreciendo un producto con sensaciones notables. La demanda excede con mucho las pequeñas producciones de estas granjas, y solo gracias a la larga tradición en el negocio del té de nuestros proveedores, son capaces de asegurarnos unas hojas de buena calidad procedentes de la segunda cosecha. Debido a sus "tips" marrón-dorado, a su infusión de un brillante color anaranjado, y a su sabor fuerte y ligeramente frutal, suele ser confundido con los tes chinos de Yunnan.